El gobierno federal de Estados Unidos volvió a entrar en estado de "parálisis" el 1 de octubre, siendo esta la primera vez en siete años que se produce un cierre gubernamental. La causa directa de esta situación fue el rechazo por parte del Senado de Estados Unidos, el 30 de septiembre, de la ley de financiamiento propuesta por ambos partidos.

Ante esta grave situación, varias personas han comenzado a emitir advertencias. El vicepresidente de Estados Unidos, Vance, fue el primero en señalar el 1 de octubre que si el cierre del gobierno se prolonga, podría llevar a que los empleados federales enfrenten el riesgo de despidos.

A continuación, el presidente estadounidense Donald Trump explicó más a fondo este punto de vista en una entrevista al día siguiente. Señaló que si el gobierno continúa en un estado de cierre, no solo podría provocar despidos masivos, sino que también podría llevar a la reducción forzada de varios proyectos gubernamentales.

La declaración de la portavoz de la Casa Blanca, Levitt, es más directa y clara. Ella indicó que "es muy probable que la reducción de personal del gobierno federal ocurra pronto", lo que sin duda añade otra capa de incertidumbre a una situación ya tensa.

Esta vez, el cierre del gobierno destaca nuevamente las profundas divisiones entre los partidos en el sistema político estadounidense y cómo estas divisiones pueden afectar a la población en general. Si no se logra un consenso rápidamente para levantar el cierre, el funcionamiento normal del gobierno de EE. UU. se verá gravemente afectado y decenas de miles de empleados federales podrían enfrentar el riesgo de desempleo.

Además, los posibles recortes en los proyectos gubernamentales también podrían tener un impacto negativo en el desarrollo económico y la estabilidad social de Estados Unidos. En el contexto de una situación económica global ya poco optimista, esta crisis interna del gobierno de Estados Unidos sin duda provocará más atención y preocupación.

Todas las partes están siguiendo de cerca el desarrollo de la situación, esperando que el gobierno de los Estados Unidos pueda encontrar una solución pronto para evitar el peor de los casos. Sin embargo, dado el estancamiento actual entre los dos partidos, la forma de resolver esta crisis sigue siendo incierta.