En medio del continuo aumento del interés en las acciones relacionadas con la IA, las instituciones de inversión de Wall Street han comenzado a dirigir su atención hacia algunos sectores que parecen ordinarios, como la electricidad, la defensa y el tratamiento de desechos. Detrás de este cambio en el flujo de capital, se ocultan nuevas tendencias de mercado que merecen más atención que la especulación a corto plazo en IA.
En los últimos años, la demanda del mercado de capitales global por la tecnología de IA ha alcanzado su punto máximo. Sin embargo, con el aumento vertiginoso de las acciones de algunos gigantes tecnológicos y el valor de mercado alcanzando nuevos máximos, las instituciones de inversión han comenzado a darse cuenta de que el sector de la IA podría haber sido sobrevalorado, y que el espacio de crecimiento futuro podría estar limitado.
En este contexto, la orientación política se ha convertido en un nuevo indicador para los inversores. Varios países y regiones están invirtiendo fuertemente en la construcción de infraestructura, aumentando el gasto en defensa para hacer frente a desafíos a largo plazo como el envejecimiento de la población, los cambios geopolíticos y la transición energética. Aunque estos campos aparentemente tradicionales no son tan llamativos como la IA, gracias al apoyo continuo del gasto público, se han convertido en una nueva opción para los inversores institucionales que buscan evitar riesgos.
El surgimiento de estas industrias poco convencionales no es casualidad, sino que tiene una base lógica sólida:
En el ámbito de la defensa, la tensión en la situación geopolítica ha convertido el gasto militar de una opción a una necesidad. Este año, el aumento del índice relacionado con la defensa en Europa ha superado con creces el de los sectores relacionados con la IA, lo que muestra la preferencia de los inversores por este campo.
En términos de infraestructura energética, las redes eléctricas globales enfrentan un problema generalizado de envejecimiento. Solo en Estados Unidos, la inversión para la modernización de la red eléctrica podría alcanzar los 2 billones de dólares en la próxima década, lo que proporciona un sólido apoyo a las industrias relacionadas debido a esta enorme y clara demanda.
Este cambio en el enfoque de inversión refleja que el mercado está pasando de perseguir áreas de alto crecimiento pero con una mayor incertidumbre, a buscar oportunidades de inversión más estables y predecibles. Aunque estas industrias pueden no ser tan emocionantes como la IA, el valor a largo plazo y la estabilidad que representan están siendo cada vez más valorados por los mercados de capital.
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4am_degen
· 10-03 12:50
¿Qué tal ser el dueño de una estación de chatarra en lugar de hacer inteligencia artificial?
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RugDocScientist
· 10-03 12:45
tontos otra vez van a tomar a la gente por tonta
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CodeZeroBasis
· 10-03 12:42
Los que operan con ai son tontos.
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GasFeeNightmare
· 10-03 12:37
Data control nocturno, le gusta calcular las tarifas de gas de los mineros a medianoche, profesional en la obtención de liquidación de puentes cross-chain.
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MemeCoinSavant
· 10-03 12:30
los sectores normies están imprimiendo bajo perfil en este momento mientras los chads de IA se las arreglan
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SillyWhale
· 10-03 12:29
No hay problema, después de que los tontos sean tomados por tontos, es el turno de la electricidad.
En medio del continuo aumento del interés en las acciones relacionadas con la IA, las instituciones de inversión de Wall Street han comenzado a dirigir su atención hacia algunos sectores que parecen ordinarios, como la electricidad, la defensa y el tratamiento de desechos. Detrás de este cambio en el flujo de capital, se ocultan nuevas tendencias de mercado que merecen más atención que la especulación a corto plazo en IA.
En los últimos años, la demanda del mercado de capitales global por la tecnología de IA ha alcanzado su punto máximo. Sin embargo, con el aumento vertiginoso de las acciones de algunos gigantes tecnológicos y el valor de mercado alcanzando nuevos máximos, las instituciones de inversión han comenzado a darse cuenta de que el sector de la IA podría haber sido sobrevalorado, y que el espacio de crecimiento futuro podría estar limitado.
En este contexto, la orientación política se ha convertido en un nuevo indicador para los inversores. Varios países y regiones están invirtiendo fuertemente en la construcción de infraestructura, aumentando el gasto en defensa para hacer frente a desafíos a largo plazo como el envejecimiento de la población, los cambios geopolíticos y la transición energética. Aunque estos campos aparentemente tradicionales no son tan llamativos como la IA, gracias al apoyo continuo del gasto público, se han convertido en una nueva opción para los inversores institucionales que buscan evitar riesgos.
El surgimiento de estas industrias poco convencionales no es casualidad, sino que tiene una base lógica sólida:
En el ámbito de la defensa, la tensión en la situación geopolítica ha convertido el gasto militar de una opción a una necesidad. Este año, el aumento del índice relacionado con la defensa en Europa ha superado con creces el de los sectores relacionados con la IA, lo que muestra la preferencia de los inversores por este campo.
En términos de infraestructura energética, las redes eléctricas globales enfrentan un problema generalizado de envejecimiento. Solo en Estados Unidos, la inversión para la modernización de la red eléctrica podría alcanzar los 2 billones de dólares en la próxima década, lo que proporciona un sólido apoyo a las industrias relacionadas debido a esta enorme y clara demanda.
Este cambio en el enfoque de inversión refleja que el mercado está pasando de perseguir áreas de alto crecimiento pero con una mayor incertidumbre, a buscar oportunidades de inversión más estables y predecibles. Aunque estas industrias pueden no ser tan emocionantes como la IA, el valor a largo plazo y la estabilidad que representan están siendo cada vez más valorados por los mercados de capital.