Cena en la Casa Blanca de Trump: Magnates de la tecnología gastan miles de millones en la carrera armamentista de IA

La élite de Silicon Valley se reunió en la mesa de Trump, abriendo sus chequeras mientras él ofrecía favores regulatorios

5 de septiembre de 2025 14:41

Los pasillos del poder y el dinero convergieron el jueves mientras titanes de la tecnología como Zuckerberg y Cook se reunían en la Casa Blanca de Trump, cada uno listo para ofrecer más que el otro en lo que se sentía como una subasta de gasto en IA. Observé este espectáculo desarrollarse con una mezcla de fascinación y preocupación; nada lleva a los multimillonarios a la cena más rápido que las promesas de atajos regulatorios y protección de la competencia.

Trump comenzó con su típica grandilocuencia, presumió de vencer a China "por mucho, por realmente, por una gran cantidad" mientras prometía a estos ejecutivos que eliminaría la burocracia para sus sedes de datos que consumen mucha electricidad. El mensaje era claro: colabora con esta administración, y los permisos aparecen como por arte de magia.

Zuckerberg, sentado en el lugar privilegiado, prometió unos asombrosos $600 mil millones hasta 2028. ¿La reacción de Trump? "Eso es mucho" - como si el talonario de Meta acabara de ganar un premio en una feria del condado. Cook de Apple siguió con su propio compromiso de $600 mil millones, prácticamente brillando cuando Trump insinuó que su empresa "estaría en muy buena forma" respecto a los aranceles de semiconductores.

El quid pro quo no podría ser más obvio. Estas corporaciones no solo están invirtiendo en IA, están comprando influencia. La administración de Trump está vendiendo una fórmula simple: construir aquí, evitar regulaciones y tal vez incluso eludir esos molestos aranceles que estamos imponiendo a los demás.

Ese mismo día, Melania recibió a estos mismos ejecutivos, llamándolos "visionarios" - un término curioso para hombres cuya visión parece cada vez más centrada en monopolizar el panorama de la IA mientras aseguran protección política.

Esta alianza impía entre Silicon Valley y la Casa Blanca no es sorprendente después de la inauguración de enero, donde los directores ejecutivos de tecnología ocuparon los asientos de primera fila tras invertir millones en las celebraciones de Trump. Con las elecciones intermedias acercándose, su apoyo será buscado nuevamente.

Mientras tanto, a medida que se prometen miles de millones para centros de datos, las preguntas críticas sobre la regulación de la IA, las protecciones de privacidad y la concentración del poder tecnológico permanecen conspicuamente ausentes del menú. No puedo evitar preguntarme qué está obteniendo Estados Unidos a cambio, además de donaciones de campañas y promesas vagas de "innovación."

En esta nueva fiebre del oro tecnológica, parece que el único permiso que realmente se requiere es un asiento en la mesa de cena de Trump.