La Administración Federal de Carreteras de EE.UU. lanzó una alerta el 20 de agosto que me dejó helado. Han encontrado radios celulares no documentadas en inversores y sistemas de gestión de baterías fabricados en el extranjero. ¡Y lo peor es que estos componentes están por todas partes! Desde cámaras de tráfico hasta estaciones meteorológicas, cargadores para coches eléctricos e incluso áreas de descanso solares.
Como era de esperarse, esto ha reavivado el debate sobre nuestra dependencia de tecnología extranjera, especialmente la china. ¿De verdad podemos confiar en quienes nos venden esta tecnología?
Dispositivos ocultos: una amenaza silenciosa
"Podrían crear un caos tremendo", advirtió Anomadarshi Barua de la Universidad George Mason. Y tiene toda la razón. Estos malditos radios podrían usarse para sabotear sistemas cruciales. Con los vehículos autónomos ganando terreno, estos dispositivos ocultos representan un peligro real para la seguridad vial.
Lo curioso es que la Administración Federal no señaló directamente a ningún país, pero vamos... sabemos que muchos inversores en infraestructura americana vienen de China. Por supuesto, la Embajada china en Washington rechazó estas acusaciones, alegando que se trata de una "distorsión y difamación de los logros de China en infraestructura energética". ¡Qué novedad!
Un paso más hacia el veto total
En mayo, Reuters ya informó sobre "dispositivos de comunicación no autorizados" detectados en inversores y baterías chinas, lo que encendió alarmas sobre posibles vulnerabilidades en la red eléctrica estadounidense. Y no somos los únicos preocupados - Dinamarca también encontró componentes inexplicables en equipos importados para su red energética.
Las agencias estadounidenses ya están tomando medidas. El Departamento de Comercio ha finalizado normas que prohibirán prácticamente todos los vehículos chinos en carreteras americanas para 2026. La razón: el software y hardware de estos vehículos podría recopilar datos sensibles o permitir manipulaciones remotas.
La Administración Federal de Carreteras recomienda hacer inventario de inversores, usar herramientas de análisis para detectar comunicaciones sospechosas, desactivar o eliminar radios no documentados y segmentar redes adecuadamente.
Algunos expertos de seguridad creen que esta alerta es tanto una señal política como una preocupación técnica real. Últimamente, tanto demócratas como republicanos han intensificado su retórica sobre la amenaza de la tecnología china, presentándola como un potencial caballo de Troya.
Con cientos de miles de millones destinados a infraestructura verde, la presión para obtener equipos fabricados en EE.UU. probablemente aumentará, impulsada por la política de "América primero" del presidente Trump.
Y yo me pregunto: ¿Cuántos dispositivos espía más habrá en nuestra infraestructura que aún no hemos descubierto? La paranoia está justificada cuando se trata de seguridad nacional.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Los dispositivos ocultos de radio en equipos de carreteras solares disparan alarmas en EE.UU.
La Administración Federal de Carreteras de EE.UU. lanzó una alerta el 20 de agosto que me dejó helado. Han encontrado radios celulares no documentadas en inversores y sistemas de gestión de baterías fabricados en el extranjero. ¡Y lo peor es que estos componentes están por todas partes! Desde cámaras de tráfico hasta estaciones meteorológicas, cargadores para coches eléctricos e incluso áreas de descanso solares.
Como era de esperarse, esto ha reavivado el debate sobre nuestra dependencia de tecnología extranjera, especialmente la china. ¿De verdad podemos confiar en quienes nos venden esta tecnología?
Dispositivos ocultos: una amenaza silenciosa
"Podrían crear un caos tremendo", advirtió Anomadarshi Barua de la Universidad George Mason. Y tiene toda la razón. Estos malditos radios podrían usarse para sabotear sistemas cruciales. Con los vehículos autónomos ganando terreno, estos dispositivos ocultos representan un peligro real para la seguridad vial.
Lo curioso es que la Administración Federal no señaló directamente a ningún país, pero vamos... sabemos que muchos inversores en infraestructura americana vienen de China. Por supuesto, la Embajada china en Washington rechazó estas acusaciones, alegando que se trata de una "distorsión y difamación de los logros de China en infraestructura energética". ¡Qué novedad!
Un paso más hacia el veto total
En mayo, Reuters ya informó sobre "dispositivos de comunicación no autorizados" detectados en inversores y baterías chinas, lo que encendió alarmas sobre posibles vulnerabilidades en la red eléctrica estadounidense. Y no somos los únicos preocupados - Dinamarca también encontró componentes inexplicables en equipos importados para su red energética.
Las agencias estadounidenses ya están tomando medidas. El Departamento de Comercio ha finalizado normas que prohibirán prácticamente todos los vehículos chinos en carreteras americanas para 2026. La razón: el software y hardware de estos vehículos podría recopilar datos sensibles o permitir manipulaciones remotas.
La Administración Federal de Carreteras recomienda hacer inventario de inversores, usar herramientas de análisis para detectar comunicaciones sospechosas, desactivar o eliminar radios no documentados y segmentar redes adecuadamente.
Algunos expertos de seguridad creen que esta alerta es tanto una señal política como una preocupación técnica real. Últimamente, tanto demócratas como republicanos han intensificado su retórica sobre la amenaza de la tecnología china, presentándola como un potencial caballo de Troya.
Con cientos de miles de millones destinados a infraestructura verde, la presión para obtener equipos fabricados en EE.UU. probablemente aumentará, impulsada por la política de "América primero" del presidente Trump.
Y yo me pregunto: ¿Cuántos dispositivos espía más habrá en nuestra infraestructura que aún no hemos descubierto? La paranoia está justificada cuando se trata de seguridad nacional.