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Desde que el creador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, desapareció en 2011, no se ha registrado ninguna actividad en las billeteras relacionadas con él. En ellas se almacenan alrededor de un millón de bitcoins, minados en los primeros años de existencia de la red. Hoy, casi 15 años después, las monedas permanecen intactas y en la comunidad cripto no cesan los debates sobre las razones.
Bajo una de las publicaciones en la red, representantes de la industria criptográfica compartieron sus suposiciones sobre por qué Satoshi no utiliza sus bitcoins.
Muchos creen que Nakamoto creó Bitcoin no por dinero. Su silencio y la ausencia de transferencias cripto solo confirman la fuerza de la idea. A sus ojos, sigue siendo un símbolo de honestidad y una prueba de que Bitcoin no se parece a los sistemas financieros tradicionales, en los que sus creadores y líderes buscan constantemente la oportunidad de convertir su capital en efectivo.
Otra versión popular está relacionada con el factor humano. Satoshi podría haber perdido el acceso a las carteras, olvidar la frase de recuperación o la clave. Algunos incluso sugieren que sufría de una enfermedad como el Alzheimer y, por lo tanto, perdió la capacidad de gestionar los fondos.
Muchos están convencidos de que Nakamoto ya ha muerto. Algunos criptoentusiastas no pueden explicar de otra manera el prolongado silencio del desarrollador. Alguien añade que solo podría haber gastado esos fondos si estuviera vivo, lo que significa que su inactividad indica directamente la muerte.
Hay también reflexiones más cautelosas. Sus autores creen que Satoshi es consciente de la magnitud de la influencia de sus transferencias en el mercado y por eso no las toca. Los partidarios de la teoría están convencidos de que incluso el más mínimo movimiento puede provocar el colapso de Bitcoin y la caída de todo el mercado de criptomonedas. Según esta lógica, el silencio es una elección consciente para preservar el sistema.
Parte de la comunidad cripto se está adentrando en la conspiración. Según ellos, detrás de Bitcoin están agencias de inteligencia como la CIA o el MOSAD. Se plantean ideas de que BTC es una forma en que los gobiernos lidian con la deuda pública o una herramienta de control, y no un proyecto de una persona anónima.
No faltan las hipótesis exóticas. Algunos imaginan que Nakamoto podría ser un profesor de una universidad japonesa que vive tranquilamente de su salario y ayuda a los estudiantes a lanzar tokens. Otros lo llaman el inversor más disciplinado de la historia.
Hay quienes están convencidos de que el bitcoin no fue creado por una persona, sino por una inteligencia artificial del futuro que regresó al pasado para construir un sistema para su propia existencia. Otra versión es que es un trabajo colectivo de un grupo de desarrolladores que inicialmente decidieron no tocar las monedas por el bien de la idea en sí.
Se escuchan opiniones más pragmáticas: si Bitcoin fue creado por una persona muy rica, entonces la falta de movimientos se explica fácilmente: simplemente no tenía necesidad de gastar monedas.
Todas estas hipótesis son solo conjeturas. En realidad, no se sabe nada sobre la ubicación de Satoshi Nakamoto. Todos los intentos de periodistas y miembros de la comunidad cripto de desentrañar su misterio no han tenido éxito.